Este trabajo aborda los aspectos relacionados a la reprochabilidad de los adolescentes infractores  en la ley penal. Tal abordaje es debido a que el tema adquiere una importancia precisa al incluir al adolescente en el ámbito penal; donde la responsabilidad es proporcional al delito cometido, al grado de su participación y a la edad del mismo, es decir, debe tenerse presente el desarrollo psicoevolutivo del adolescente infractor para determinar su reprochabilidad en el hecho punible cometido.

El objetivo de este trabajo es  determinar conocer la reprochabilidad en la ley penal.

Esto fue conseguido a través de la investigación descriptiva por medio de estudios realizados  en la Circunscripción Judicial de Misiones. La investigación evidenció la importancia de la determinación de la madurez psicosocial antes de la imputación por parte del ministerio público, dado que, si los adolescentes infractores no tienen la capacidad para conocer la antijuricidad del hecho y auto determinarse conforme a ello, no son pasibles de proceso alguno.

Palabras-claves: Reprochabilidad. Madurez. Adolescente. Infractor. Ley.

Este trabajo aborda la situación  de los adolescentes infractores y su reprochabilidad en la ley penal, en donde el problema principal radica en que actualmente dentro de los Juzgados Penales de la Adolescencia se tropiezan con la negligencia del equipo técnico multidisciplinario, por la lentitud en la elevación de los informes pertinentes en tiempo y forma; situaciones que se presentan en el Juzgado Penal de la Adolescencia de la Circunscripción Judicial de Misiones.

Siguiendo con el trabajo de campo, en relación a la encuesta hecha a las psicólogas, se pudo apreciar que en el proceso de enjuiciamiento se tiene en cuenta no sólo el delito que se ha cometido, sino también las circunstancias familiares, sociales y educativas en las que se encuentra el adolescente que ha cometido el delito, infiriéndose que el conocimiento que aporta el profesional de la Psicología es decisivo, por lo que su dictamen se debe obtener en tiempo y forma para poder aplicar lo que corresponde en derecho.

Es pertinente resaltar también la importancia del trabajo para la comunidad ya que al incluir al adolescente en el ámbito penal; como reza el principio de proporcionalidad, la responsabilidad es ajustada al delito cometido, al grado de su participación y a la edad del mismo, por lo que se entiende la importancia que posee el desarrollo psicoevolutivo del adolescente infractor para determinar su reprochabilidad en el hecho punible cometido y a través de ello se afecta a la sociedad toda. 

El inconveniente más preponderante se circunscribe en la falta de agilidad en el momento de evacuar las evaluaciones psicológicas y medio ambientales en que se encuentran los adolescentes infractores, hacen que el juzgador no cuente con todas las herramientas necesarias en la hora de impartir justicia. En este contexto se observa la falta de especialización del equipo multidisciplinario en el fuero penal adolescente.

Consecuentemente y en base a la investigación realizada se afirma, para que exista una responsabilidad penal, el adolescente aparte de la edad fisiológica tendrá que tener una madurez psicosocial suficiente para conocer la antijuricidad del hecho realizado y determinarse conforme a ese conocimiento.

Sólo un equipo multidisciplinario podrá determinar si el adolescente tiene la madurez necesaria para ser juzgado, en este sentido, en la Circunscripción Judicial de Misiones la mayoría de los adolescentes infractores poseen la madurez psicosocial al momento de la comisión del hecho punible.

En este orden de ideas, la encuesta realizada a los psicólogos arrojó como resultado que los factores influyentes en la madurez de los adolescentes son la familia y la educación, no obstante según los mismos, es de suma importancia concienciarse de que el adolescente, por carecer del grado de desarrollo de madurez que ha logrado el adulto, por tratarse de un sujeto en progreso desde el punto de vista cognoscitivo-psicosocial, tiene posibilidades de rehabilitación, requiere de la oportunidad para redirigir  su conducta y reintegrarse a la sociedad, en suma,  el adolescente infractor de la ley penal puede aprender de su propia experiencia  y cambiar, por lo que en el caso de no poseer la madurez psicosocial ni tan siquiera deben ingresar dentro del proceso penal.

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